lunes, 25 de agosto de 2014

El que es incapaz de perdonar



Crecer no es una tarea sencilla. 


Avances, retrocesos, desilusiones, esperanzas y mucho dolor acompañan el proceso vital del hombre en este mundo, proceso cuyo sentido último es el de la evolución del espíritu. 


En este trayecto forzosamente existirán personas que nos lastimen, que nos nieguen aquello que deseamos, que no nos comprendan o incluso que nos traicionen. 


Se trate de una herida emocional que nos hayan provocado nuestros padres, un amor que nos ha olvidado o de un amigo que no ha sabido actuar con lealtad, todos hemos sufrido alguna vez por causa de otra persona. 


Ahora bien: 


¿Qué sentimos por ese que nos dañó?
¿Intentamos alguna vez comprender porqué actuó de ese modo?
¿Somos capaces de olvidar la ofensa sufrida? ¿Sabemos perdonar?


Cuando las cicatrices no logran cerrarse y el rencor continúa anidando en nuestro espíritu, su energía actúa como un veneno. 


Muchas de nuestras enfermedades se deben a esta contaminación energética, a la ira permanente, a los pensamientos de venganza y destrucción que ocupan nuestra mente. 


También muchos de nuestros fracasos nacen en este aferrarse a dolores pasados porque allí donde existe el resentimiento difícilmente pueda florecer una actitud positiva hacia los demás. 


Por eso, para curarnos, debemos perdonar.
Perdonar a quien nos olvidó.
Perdonar a quien nos agredió.
Perdonar a quien destruyó lo que amábamos.
Enviar luz y paz para que la luz y la paz regresen a nosotros.


Perdonarnos a nosotros mismos. Aceptar y cuidar al niño asustado, enojado o confundido que llevamos dentro y rodearlo de un infinito amor. Convertirnos en amor para que el amor sea. 


Y entonces así, crecer libres de toda atadura y de todo miedo: 


Crecer en felicidad. 


"No importa cuantas veces caíste, si cada vez te volviste a levantar, el éxito en la vida no consiste en la prisa de correr, sino, en llegar. 


No importa si perdiste una partida, acepta que ganaste en experiencia, la lucha de la carrera de la vida no es de rapidez, si no, de resistencia. 




No importa dónde, cómo, ni por qué, ten en medio del error cometido la grandeza de decir... ME EQUIVOQUÉ! y si caíste estando a punto de llegar, ten el miedo de darte por vencido... y el valor de volver a comenzar...

domingo, 24 de agosto de 2014

Si tienes una amigo, tienes un tesoro divino.


Si tienes una amigo, tienes un tesoro divino. 

La amistad leal, sincera, desinteresada, es la verdadera comunión de las almas. Es más fuerte que el amor, porque éste suele ser celoso, egoísta y vulnerable. La verdadera amistad perdura y se fortalece a través del tiempo y la distancia.


No se necesita ver frecuentemente al amigo para que la amistad perdure; basta saber que éste responderá cuando sea necesario, con un acto de afecto, de comprensión y aun de sacrificio. La amistad no se conquista, no se impone; se cultiva como una flor; se abona con pequeños detalles de cortesía, de ternura y de lealtad; se riega con las aguas vivas de desinterés y de cariño silencioso. No importan las distancias, los niveles sociales, los años o las culturas. La amistad lo borra todo.


El recuerdo del amigo lejano, del amigo de la niñez o el de la juventud, produce la íntima alegría de haberlos conocido. Nuestra vida se enriqueció con su contacto por breve que haya sido. La felicidad del amigo nos da felicidad. Sus penas se vuelven nuestras porque hay un maravilloso lazo invisible que une a los amigos. La amistad es bella sobre toda ponderación.

martes, 12 de agosto de 2014

Quien te lastima te hace fuerte


Quien te lastima te hace FUERTE, quien te critica te hace IMPORTANTE, quien te envidia te hace VALIOSO.
Y a veces es divertido saber que aquellos que te desean lo peor… tienen que soportar que te ocurra LO MEJOR.

Pedir una disculpa, no significa que la otra persona tiene razón


Pedir una disculpa, no significa que la otra persona tiene razón,
 significa que valora más tu relación a tu ego

MUJER...

MUJER... 
Sé amable, pero no fácil...
Sé digna, pero no orgullosa...
Ríe, pero no a carcajadas...
Mira, pero con recato...
Sé dulce, pero no empalagues...
Ama, pero con el corazón...
Oye, pero no siempre creas...
Sé MUJER, pero no muñeca...

Si desconfío es porque confié demasiado y me fallaron.




Si desconfío es porque confié demasiado y me fallaron. Si soy celoso es porque cuando no lo fui me cambiaron. Si me enojo demasiado es porque cuando lo aguanté todo se aprovecharon. Si te digo que te quiero, es por que de verdad lo siento y si no lo demuestro es porque tengo razones para no hacerlo. Si te digo PARA SIEMPRE es porque quiero tenerte a mi lado en todo momento. Si te pido PERDÓN es porque soy capaz de tragarme mi orgullo por ti.




sábado, 9 de agosto de 2014

El éxito

El éxito no siempre tiene que ver con lo que mucha gente ordinariamente se imagina. 


No se debe a los títulos que tienes, sean de nobleza o académicos, ni a la sangre heredada o a la escuela 
donde estudiaste. 


No se debe a las dimensiones de tu casa, a cuántos carros caben en tu cochera o si éstos son último modelo. 


No se trata de si eres jefe o subordinado, si escalaste la siguiente posición en tu organización o estás en la ignorada base de la misma. 


No se trata de si eres miembro prominente de clubes sociales o si sales en las páginas de los periódicos. 


No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador, si hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces. 


No es la tecnología que empleas, por brillante y avanzada que esta sea. 


No se debe a la ropa que usas o si gozas de un tiempo compartido, si vas con regularidad a la frontera o si 
después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus para el espejo social. 


No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo. 


El éxito... 


Se debe a cuánta gente te sonríe, a cuánta gente amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. 


Se trata de si te recuerdan cuando te vas. 


Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuánta evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón. 


Se trata de si en tus triunfos incluiste siempre tus sueños. 


De si no fincaste tu éxito en la desdicha ajena y si tus logros no hieren a tus semejantes. 


Es acerca de tu inclusión con los otros, no de tu control sobre los demás; de tu apertura hacia todos los demás y no de tu simulación para con ellos. 


Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón; si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste por los ancianos. 


Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta ajena. 


No es acerca de cuantos te siguen, sino de cuantos realmente te aman. 


No es acerca de transmitir todo, sino cuántos te creen, de si eres feliz o finges estarlo. 


Se trata del equilibrio, de la justicia, del bien ser que conduce al bien tener y al bien estar. 




Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.

El saco de Plumas

Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.


Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre sabio a quien le dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma una bolsa llena de plumas de ave y suéltalas por donde vayas".


El hombre al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo:
"Ya he terminado", a lo que el sabio contestó:
"Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar la bolsa con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".


El hombre se sintió muy triste, pues sabía que eso era imposible.
El sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho.
Se humilde y reconoce el daño pidiendo perdón a tu amigo, y jamás vuelvas a repetirlo".

domingo, 3 de agosto de 2014

La oportunidad


La oportunidad es la ocasión de hacer algo, pero hay que saber el justo momento para aprovecharla. 

La oportunidad no se presenta en la rutina diaria, ni a quienes ven la vida de color gris, es como una franca sonrisa en un rostro desconocido. 

La oportunidad tampoco se presenta a quienes la buscan afanosamente. 

Y es que la oportunidad puede ser espectacular, así como discreta y disimulada. 

Tu vida en sí, es una gran oportunidad. 

Quien diga, que la vida siempre está saturada de escollos y no cambia esa manera de verla, no se permite ver que también está llena de oportunidades. Hay algunas personas que sólo alcanzaron a ver una, en toda su vida, y lograron metas jamás imaginadas. 

¡ Se imaginan si hubieran podido ver las noventa y nueve anteriores que ignoraron !

*Eres joven, aprende a verlas y aprovécharlas!!
*Eres maduro, muévete , estás perdiendo el tiempo!!
*Eres anciano, limpia esos lentes, aún hay muchas
..por disfrutar!!

La oportunidad es una bendición dirigida a ti por quien te ama: la vida.

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